– Sabemos que varios de los integrantes de Tormento Teatro surgen de la Escuela Superior de Arte dramático pero, contadnos algo más sobre sus miembros y los inicios de esta compañía. Si, algunos de ellos: Maca Márquez, Valentín Donaire, Nacho Gómez, Migue López y Pablo de Miguel son titulados
por la Escuela Superior de Arte Dramático. El resto de los componentes, tenemos también formación universitaria y/o
relacionada con las Artes Escénicas.
La compañía surgió por la necesidad de crear, por la curiosidad de conocer nuevos textos, comunicar y de algo tan
básico como comer. La idea de Tormento Compañía rondaba mi cabeza desde hace unos años y una tarde, hablando
con Luis Felipe Blasco Vilches, me lancé y decidí hacerlo. Y, aquí estamos: a las puertas del estreno de La pícara Justina, rodeados de unos compañeros formidables.

– Le hacéis el relevo en Teatro la Fundición a ‘La otra mano de Cervantes’, que como vuestro espectáculo, cuenta con la autoría de Luis Felipe Blasco Vilches. ¿Cómo llega el texto a vuestras manos y que os decide a llevarlo a los escenarios? Los dos —Luis Felipe y yo— somos filólogos y este texto se estudia en Filología. Él me habló de ella y como en una canción de amor, desde ese momento se quedó en nuestras vidas. Vimos interesante una obra del Siglo de Oro, cuya protagonista es una mujer, la cual no vende su cuerpo para sobrevivir. Hay pocas obras que se conozcan de esta fecha, donde la mujer sea protagonista. Y Justina nos cautivó.

– En la Pícara Justina nos encontramos ante un clásico introducido en una estética contemporánea ¿por qué esta decisión escénica? Es sorprendente la similitud de las circunstancias en las que Justina se ve envuelta entonces con la actualidad: El trato de los gobernantes hacia el pueblo, la desigualdad de género… A pesar de los avances tecnológicos, hay valores que no han cambiado mucho… Vimos que el texto, aún a cuatro siglos de distancia de nosotros, podía encajar en la actualidad. Se estudió, se analizó. Y aquellos que vengan a vernos, podrán comprobar que, efectivamente, podría haber sido escrito no hace mucho. También el riesgo de la puesta en escena es un factor importante. Y quien no arriesga…

– Con los ensayos y últimas indicaciones muy recientes, ¿qué podéis destacar del trabajo desarrollado con los actores? Pues yo como actriz del espectáculo y admiradora de mis dos compañeros de escena —Nacho Gómez y Migue López—, puedo destacar la agilidad de creación e ingenio de ambos, así como su profesionalidad y cuidado en su trabajo.

– Vivir un estreno absoluto y descubrir las reacciones del público debe tratarse de toda una experiencia ¿qué sensaciones esperáis provocar en él? Eso precisamente: provocar, hacer pensar, no dejar indiferente. Entender cómo ciertas experiencias forjan un carácter concreto. Buscarse la vida, la falta de pan… El hambre no sabe igual en todas las bocas: no echará de menos el pobre el manjar del rico, ni el rico lo áspero de pan seco en su paladar. Pero a fin de cuentas, si el hambre aprieta, un mendrugo de pan puede saber tan bueno como el caviar y calmar el hambre de pobres y ricos.
Pero hay hambres que no sólo afectan al estómago; también lo hacen a la dignidad, a la justicia o a la igualdad.
¡Qué caprichosa es la suerte! Depende de dónde te toque nacer, tendrás una vida u otra. Si el abuso de poder oprime, la cosa se complica para buscarse la vida, y si quién de hacerlo es una mujer, hasta el léxico la deshumaniza. Y esto le pasó a Justina.
Reacciones habrá de todo tipo —para gustos, colores— y estamos preparados para descubrirlas. ¡Preparados y con ganas!

El jueves 6 de octubre de la temporada pasada en La Fundición de Sevilla vivimos con intensidad el estreno absoluto de ‘La Pícara Justina’, la puesta de largo de Tormento Producciones en colaboración con GNP Producciones.

Recordamos, contado por Víctor González y Macarena García, ganadores del concurso como corresponsal entre nuestros Amigos de Escenarios, el encuentro abierto con el público que vivimos tras el estreno:

La obra está protagonizada en un tour de force por Alicia Moruno, con Nacho Gómez y Migue López dando la réplica en un desfile de personajes de todo picaresco pelaje. Macarena García, una de nuestras Amigas de Escenarios, resume lo vivido tras de echar el telón: «la obra (…) es del siglo XVII, ¡XVII! Quién lo hubiera dicho cuando, mientras la ves, te das cuenta de lo poco que hemos cambiado, de lo poco que ha cambiado la sociedad, los valores, el bien y el mal… con un ritmo trepidante te metes pronto en la piel de su protagonista y vives lo que ella vive, sientes lo que ella siente, hasta el punto de querer levantarte de tu asiento y aplaudirla por su ingenio en más de una ocasión o cerrar los ojos en los momentos de tensión.»
Víctor González, otro de nuestros corresponsales amigo, capta de manera rápida la esencia de lo que acabamos de ver y que se confirmará durante la charla: «se trata de un propuesta moderna, atrevida y arriesgada. Me quedo con la actualidad de su mensaje y con su acertada estética».
Tras este intenso pase inaugural y un breve descanso, aparece de nuevo en el escenario el reparto de la obra, a los que se unen Verónica Rodríguez, su directora, y el dramaturgo y autor de Luis Felipe Blasco Vilches.

El resultado, un encuentro muy personal cargado de revelaciones y anécdotas de gran valor para el público asistente. Víctor opina a tal respecto: «a todo el equipo se veía en sintonía con la tesis de la pieza, se ve un conjunto de profesionales trabajando sobre una misma idea, en la misma dirección y dando un resultado coherente e uniforme en todos los campos de la propuesta escénica». Macarena también da buena cuenta de este trabajo de equipo «se veía mucha complicidad entre ellos, cosa que ya habían mostrado anteriormente en el escenario. Resaltaban una y otra vez la importancia de todos, del encargado de vestuario y de cómo había facilitado sus cambios en la obra, del autor y su magnífico trabajo de adaptación del texto, de la directora y su estupenda visión de la obra, de cada uno de los personajes y su labor de enseñarnos y contarnos esta trepidante historia, la gestora, la sala de teatro… En resumen, el valor que le daban a cada uno de sus miembros para que un proyecto de estas características salga adelante y de esta magnífica manera, que a veces se nos olvida, al ver que solo tres de ellos aparecen en escena. Me pareció una magnífica manera de ponerles cara a cada uno de ellos.»

Recapitulamos lo oído y vivido. Macarena empieza a apuntar claves: «me parece que Luis Felipe hizo verdaderamente una magnífica labor de adaptación en compañía de Verónica y su dirección. También me llama la atención que una obra de estas características que tanto pueda recordarnos al Lazarillo de Tormes, por ejemplo, esté tan olvidada dado su gran valor literario». Víctor completa esta mirada remarcando “el excelente trabajo actoral y de personajes interpretativos tan bien definidos y completamente conseguidos» para también poner de relieve la puesta en valor del texto: «el escritor de la adaptación ha rescatado un personaje muy olvidado, consigue con esto una gran labor por todas esas mujeres que el mundo machista ha borrado de nuestra historia de la literatura».