Recuperamos la entrevista con Fran Pérez Román y Julio León Rocha —director y dramaturgo respectivamente— antes del estreno hace dos temporadas de Las dependientas. 

Ambos llevan años detrás de Teatro a Pelo y La Ejecutora junto a Julia Rodríguez, que se encarga del espacio escénico del espectáculo. Después de llegar al mundo escénico experimentando en formatos y espacios diferentes a los habituales, presentaron su nuevo trabajo junto a Beatriz Arjona, Verónica Morales, Tatiana Sánchez Garland y Celia Vioque y rodeados de un equipo de creadores de la ciudad de Sevilla.

– ¿Sobre qué trata Las dependientas?
Las dependientas trata sobre el agotamiento. Cuando empezamos a trabajar había varios temas que nos interesaban, pero en el proceso de creación el cansancio iba tomando protagonismo frente a otros temas que también están de alguna manera. Creemos que el agotamiento es algo muy actual y de lo que somos poco conscientes, hablamos poco de eso, pero lo más normal en la gente que nos rodea es preguntar “¿cómo estás?” y que la respuesta sea “bien, muy cansado, pero bien”, o “bien, a tope, sin parar, pero muy bien”. Nos exigimos mucho a nosotros mismos, queremos ser los mejores en todo… y eso a veces resulta agotador.

– ¿Por qué unas dependientas para hablar del cansancio?
Son dependientas, pero podían haber sido Las camareras, Las deportistas olímpicas o Las actrices. Como ya hemos dicho, vemos ese querer abarcarlo todo como algo muy de nuestros días, pero en un trabajo de cara al público esto se multiplica porque, además, implica proyectar una imagen determinada y sonreír pase lo que pase.

– ¿Cómo ha sido ese proceso de creación?
Ha sido un proceso largo y muy enriquecedor. Partíamos de un texto escrito hacía unos años, pero al principio las actrices ni siquiera lo habían leído. Queríamos trabajar ciertos temas y que todos nos sintiéramos libres en el proceso sin estar atados a un texto previo. En este proceso todo hemos puesto de nosotros mismos, aunque cada uno tenga su función (actriz, director, dramaturgo…), todos somos creadores del espectáculo y hemos ido descubriéndolo juntos hasta crear un texto nuevo. Desde hace unos meses, además, entraron a colaborar nuevos creadores, como José Luis Bustillo en la ayudantía, Silvia Balvín dirigiendo el movimiento, Fiera creando temas musicales o Benito Jiménez diseñando la iluminación. Es un lujo trabajar rodeados de tanto talento y con tantas cabezas aportando. Si hubiéramos concebido el espectáculo nosotros solos de antemano y hubiéramos buscado a gente que se ciñera a esa idea en vez de a creadores, el espectáculo sería otro mucho menos rico.

– No sabéis definir muy bien el género del espectáculo, ¿no es así?
Los géneros son cosas de los que venden los espectáculos… a la hora de crear es mejor no dejarse encorsetar por las etiquetas. Es verdad que no sabemos definirlo, pero es que tanto nosotros como las personas que han visto el proceso hemos pasado por muchos estados al enfrentarnos a la función como espectadores. A ratos pueden entrar ganas de reír, a veces se pueden empañar los ojos, a veces se puede sentir agobio, a veces pueden entrar ganas de bailar… Depende también del espectador. Nosotros no queremos crear una única sensación en todo el mundo. Nos gustaría que el público viniera abierto a que le pasen cosas y ojalá que esas cosas sean muy diferentes entre sí.

– ¿Es casual que las cuatro dependientas sean mujeres?
No, claro que no. Hablamos de algo que afecta a hombres y mujeres, pero en el caso de la mujer hay un poquito más de nivel de exigencia, una vuelta de tuerca que las agota más. Las mujeres tienen más presión aún por estar más guapas, tienen que demostrar más para llegar al mismo sitio que un hombre… Nosotros tenemos una sensibilidad especial hacia lo femenino, pero nada como rodearse de estas cuatro mujeres poderosas para profundizar en ese suplemento de presión que se ejerce sobre ellas. La energía de las actrices es muy importante, están muy implicadas en escena.

– ¿Qué supone Las dependientas en vuestra trayectoria?
Dentro de la trayectoria de Teatro a Pelo y La Ejecutora Las dependientas supone un paso al frente… hacia un frente que no habíamos explorado. Hemos trabajado en un lenguaje, en cierto modo, nuevo para nosotros. No es que sea rupturista con lo anterior, pero sí hemos querido ir un paso más allá y no quedarnos en lo que sabíamos hacer. Este riesgo siempre da un poco de vértigo, pero la recompensa ha sido muy grande en muchos sentidos, especialmente en el aprendizaje. Hemos trabajado, no sólo nosotros, sino todos los participantes en el proyecto, desde la investigación y la libertad. En Sevilla ahora mismo hay muchísimos creadores interesantes. Nos parecía la ocasión perfecta para mezclarnos y Las dependientas nos ha permitido juntarnos para crear cosas que solos no seríamos capaces.

Gracias a un concurso, varios Amigos de Escenarios pudieron asistir al ensayo general de Las dependientas o a su estreno y posterior encuentro con la compañía, lo que los convirtió en los primeros espectadores del último proyecto hasta la fecha de Teatro a pelo/La Ejecutora.

El día del ensayo general el ambiente era muy íntimo: sólo algunos invitados de la compañía y seis amigas de Escenarios. Este «petit comité» hizo que Guadaira se sintiera una privilegiada por poder «disfrutar de ese momento». Ella nunca había estado en un ensayo general y no sabía lo que se iba a encontrar. El ensayo general fue muy parecido a una función normal, algo que sorprendió tanto a Guadaira como a Noelia, que aunque sabe que los estrenos tienen una energía especial, se llevó la sensación de que » este equipo, este elenco, fue tan profesional que fue una presentación de 10″. Y es que, como dice Guadaira, «las actrices lo dieron todo» en un trabajo con «cada detalle cuidado» que la hizo experimentar todo tipo de sensaciones: «agobio, risas, sorpresa…». Noelia también salió muy satisfecha, el montaje le pareció una «apuesta arriesgada, novedosa y muy bien trabajada». Según sus palabras, se trata de «una obra muy necesaria en estos tiempos que corren. No sólo por su temática, si no por toda su aportación a la escena andaluza, su proceso de creación, su diferencia. Son tiempos de renovarse o
morir».

La buena acogida del ensayo general dio el último empujón al equipo de Las dependientas para su estreno al día siguiente. Las localidades estaban agotadas, así que el calor del público dio más fuerza aún a estas dependientas que siempre pueden más. Entre el público que aplaudió con cariño esta primera función se encontraban Ro y Azahara, que salieron muy satisfechas. Azahara destacaba la capacidad de la obra «para llevar a tantos lugares desde un solo escenario, para abarcar tantas vidas desde cuatro personajes». Poco después de finalizar la función, apenas en el tiempo de que las actrices se cambiaran, la compañía hizo un encuentro con un público que llenó más de media sala. Además del director, el dramaturgo y las cuatro actrices, en el patio de butacas se encontraban el ayudante de dirección, la directora de movimiento, la escenógrafa o el diseñador de iluminación. La compañía compartió con los asistentes el proceso de creación que les ha llevado hasta Las dependientas. A Azahara le gustó especialmente saber que se partió de un texto previo que se puso en común con el resto del equipo para hacer un trabajo impregnado de las personalidad y las inquietudes de todos. El público siguió mostrando su cariño a una compañía que se mostró emocionada después de estrenar un montaje con un largo proceso de trabajo y rodeados de un equipo de creadores de la ciudad de Sevilla que han ayudado a hacer crecer el proyecto.